EN REALIDAD TRUJILLO NO REGALO NINGUN TERRITORIO DOMINICANO A LOS HATIANOS

(En referencia a la versión de que Trujillo cedió unos 5600 km2 del territorio dominicano a su aliado Stenio Vincent en 1936)


Inspirada por la Revolución Francesa en curso, la insurrección de los esclavos negros y mulatos estalló en la colonia francesa de Saint Domingue a finales de 1791. Con el propósito de detener la Revolución Francesa, las monarquías europeas conformaron una Primera Coalición militar que en 1792 emprendió la guerra contra Francia hasta 1797. Las campañas bélicas se extendieron hasta el Caribe, y en Saint Domingue Inglaterra y España ocuparon rápidamente una gran parte del territorio francés (los españoles en toda la meseta central y la llanura del norte; los ingleses a Port-au-Prince y otros puntos costeros del golfo de Gonave).

Para su ataque de 1793 España se agenció el apoyo del grupo de esclavos insurgentes que lideraban George Biassou y Jean Francois, para entonces principales dirigentes negros de la rebelión; del mismo formaba parte François Dominique Toussaint.

Poco después, cuando se hizo realidad la abolición de la esclavitud por parte del régimen republicano de París, Toussaint y un grupo de seguidores rompieron con España y se aliaron con las fuerzas francesas que luchaban contra la ocupación, lo que llevó al antiguo cochero de la vivienda Breda a encabezar el ejército de negros y mulatos que, además de expulsar a España de las partes ocupadas, le arrebató en beneficio de Francia los territorios del extremo occidental de la meseta central que eran de su propiedad. Igual suerte corrió España en el País Vasco, Navarra, Cataluña y Valencia, por lo que al año siguiente debió abocarse al Tratado de Basilea. Más adelante, Toussaint-Louverture dirigió las fuerzas que lucharon contra los invasores ingleses hasta su expulsión en 1798, construyendo el liderazgo que le valió el nombramiento de general de división comandante militar de las tropas francesas de Saint Domingue y luego de derrotar a los sectores mulatos que le adversaban, gobernador de la colonia francesa hasta 1802.

Pretendiendo que Haití había “heredado” el Tratado de Aranjuez suscrito entre España y Francia en 1777, al definir el territorio de la República Dominicana en la Constitución de 1844 las clases en el poder fijaron un reclamo sobre la porción del territorio insular que la monarquía española perdió en su guerra de 1793-1795 contra Francia y que quedó siendo parte del Estado de Haití al momento de su independencia (tal cual si la Rep. Dominicana fuera una continuidad de España). Habiéndose producido la anexión del país a España, en 1862 la monarquía española reclamó (de hecho emplazó) al gobierno de Haití a devolverle los territorios perdidos en 1794. Tal propósito fue quizás un factor en la ayuda prestada por Haití a los dominicanos en la Guerra de Restauración.

En 1874 los presidentes Ignacio María González y Michel Domingue concertaron un tratado de paz, amistad y comercio por el cual los dos países de la isla se comprometían a negociar un “Tratado especial” que estableciera “las líneas fronterizas que separan sus posesiones actuales”; por diferencias entre las partes en la interpretación de su art. 4 el Tratado no pudo seguir adelante. A partir de entonces en el diferendo los haitianos se aferraron al principio jurídico de posesión (Uti Possidetis).

Distinto a lo señalado por algunos autores, el alegato de derecho del gobierno dominicano sobre los valles de la meseta central llamados Guaba y La Miel, comprendido en la demanda de fronteras según el Tratado de Aranjuez de 1777, fue desde 1874 la piedra en el zapato para alcanzar un acuerdo fronterizo entre los dos países, en especial desde 1896 en que el Papa León XIII eludió desempeñar el papel de juez y arbitro del conflicto (ver Andrés Blanco Díaz (Ed.) (2010). Emiliano Tejera, Escritos Diversos (pp. 27-161), Volumen CIII Archivo General de la Nación. Santo Domingo, R. D.: Editora Búho, C. por A.)

En el Tratado Vásquez-Bornó de 1929 el Estado dominicano aceptó una línea fronteriza desestimando el reclamo sobre el valle de Guaba (4,572 km2) pero el acuerdo no se materializó debido a nuevas dificultades técnicas entre las partes.

En lo que parecía el inicio de una etapa de buena vecindad con el Estado haitiano (o tal vez parte de una trama con propósitos ulteriores), en el Protocolo de Revisión del Tratado de 1929 suscrito en 1936, Trujillo abandonó el reclamo dominicano sobre el llamado valle de La Miel (1,628 km2) quedando establecida la delimitación fronteriza que hoy conocemos.

Esta secuencia de hechos me lleva a la conclusión de que en realidad Trujillo no regaló nada a los haitianos, esos territorios los había perdido España en su guerra de 1793-1795 contra Francia.
EN REALIDAD TRUJILLO NO REGALO NINGUN TERRITORIO DOMINICANO A LOS HATIANOS EN REALIDAD TRUJILLO NO REGALO NINGUN TERRITORIO DOMINICANO A LOS HATIANOS Reviewed by Nicolas Desarrollador Apps on marzo 28, 2023 Rating: 5

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